Esta es una receta familiar. O más bien, una versión
de la receta de toda la vida de las rosquillas de mi abuela, adaptada a los
tiempos modernos. En primer lugar porque las recetas antiguas casi siempre son
con unas proporciones desorbitadas de sus ingredientes, supongo que porque
antes se tenían muchos hijos, eran familias muy numerosas, y ya que se metía
uno en faena, pues regalaba unas poquitas a la vecina, a la prima
segunda,… y en segundo lugar, por el procedimiento, porque aunque
suelo defender las fórmulas y formas de hacer tradicionales, siempre y cuando su
uso varíe el resultado (por ejemplo, por muy ricas que salgan las fabes en una olla exprés,
no hay color con las hechas al chup-chup) hay otros casos, en los que los
nuevos artilugios obran maravillas y nos facilitan mucho la vida, como en este
caso. Y es que en muchas familias el momento rosquilla era casi un
acontecimiento, se juntaban las mujeres de la familia y pasaban toda una tarde
haciendo las rosquillas, generalmente cada una con su tarea bien definida:
la abuela hace la masa magistral, las nietas las van dando forma, una tía las fríe
mientras otra las va envolviendo en azúcar,…
Pero hoy en día, por desgracia, no tenemos tiempo para
estas cosas y acabamos renunciando a este tipo de recetas de siempre. Yo me he aliado con
las maravillas de la ciencia, para hacer las “rosquillas de mi abuela” en un
pis-pas, ayudada de una amasadora (y no penséis que tengo un superartilugio
tipo Kitchen Aid, que tengo un cacharrillo de 19 € que compré hace años y que
para este tipo de masas es estupendo) y de una rosquillera que recomiendo
encarecidamente y que por el módico precio de 4 € da un servicio estupendo.
Pero bueno, a la receta, que hoy me estoy pasando de
batallitas. En casa nos han gustado mucho y han hecho que nos pongamos un poco
nostálgicos al recordar viejos tiempos.
Espero que a vosotros os gusten también.
Un abrazo.
Ana
Receta de rosquillas de aceite de la abuela.
Ingredientes
- 1 vaso de leche
- Corteza de media naranja
- 3 huevos
- ½ vaso de anís
- ½ vaso de aceite
- 2 sobres de levadura
- 1 pizca de bicarbonato
- 1 pizca de sal
- Ralladura de medio limón
- 250 gr. de azúcar
- 600 gr. de harina
- Aceite de oliva virgen para freír.
- Azúcar para decorar
- Ralladura de naranja
Preparación
- Calienta
la leche con la naranja y cuando rompa a hervir aparta y reserva tapado
hasta que se temple.
- En una
fuente pon un vaso de azúcar con un poco de ralladura de naranja para
aromatizar, mezcla bien, cúbrelo y reserva.
- En un
bol echa todos los ingredientes menos la harina y bate con unas varillas
hasta que estén bien integrados.
- Añade la
harina en tres o cuatro veces y mezcla bien. Deja reposar la masa mientras
calientas bien el aceite.
- Cuando
el aceite este bien caliente, introduce la masa en la rosquillera y ves
soltando porciones del grosor que prefieras (ten en cuenta que se hincharan
casi hasta doblarse)
- Deja que se templen en un plato sobre papel de cocina, para que suelten el exceso de aceite y antes de que se enfríen, envuélvelas en el azúcar aromatizado.
Notas
- Si su sabor no te resulta muy fuerte, usa aceite de oliva virgen extra para la masa. Me han contado después de hechas, que mi abuela las hacía también con manteca porque decía que aguantaban mejor. Lo probaré, aunque así están tan buenas que no da tiempo a que se deterioren.
- Si no dispones de rosquillera (te recomiendo que intentes conseguir una, merece mucho la pena), añade más harina (dependiendo del tamaño de los huevos, pueden ser aproximadamente 300 gr. más), hasta que admita la masa y permita manejarla sin pegarse y sin quedar demasiado dura (ya que quedarían más secas). Haz churros de aproximadamente un centímetro de grosor y únelos formando las rosquillas.
- Para que se conserven en perfecto estado, pon una caja de cartón, con el fondo cubierto de papel de cocina, y una vez colocadas, cúbrelas con un paño. Aún cuando se quedan duras, están buenísimas mojadas en el café.
- La rosquillera que utilicé es esta
Leñe, ¡las rosquillas de sartén de mi abuela!
ResponderEliminarJajaja, si, creo que estas son las rosquillas de sartén o de aceite de muchas abuelas ;-)
EliminarMil gracias por tu comentario.
Un abrazo